miércoles, 29 de febrero de 2012

el pam pam de silvana

Noviembre 2006


Llegamos a la casa de Nano  como a las 9 de la noshe. Desde qe tengo memoria, siempre habíamos terminado la juerga en su casa ya que –designios del destino– su cumpleaños coincidía con el aniversario del colegio. Hartos recuerdos gloriosos vienen a mi mente, recuerdos de esos festejos de shibolos de 17 años, con su musiquita de guns’n roses, y su oferta de coca-cola con ron… hígados jóvenes qe recién se iniciaban en los caminos sinuosos del alcohol.
Lo diferente, esta vez, es qe han transcurrido mas de 5 años desde la última vez. Ya no hacemos la “chancha” para viajar apiñados en un taxi, jaja como 10 giles en un taxi. Ahora llegamos cómodamente sentados en el flamante Daewo Race año 2003 plateado del orgullo de la promo: “Pollito” López, toda la vida primer puesto del salón y ahora exitoso analista de un conocido Banco.
Nos abrió la puerta el mismo Armando, fuera de las oscuras ojeras qe ahora lucia, no había cambiado mucho desde las épocas del colegio. Abrazó efusivamente a cada uno de nosotros y nos invitó a tomar asiento en su pequeña sala. Su cara lo delataba, era un hecho qe se había amanecido bebiendo por su cumpleaños. Abrimos las botellas de cerveza qe habíamos comprado en el mercadillo y comenzamos a tomar, Nano lucia muy alegre, exageradamente alegre, diría yo, sobre todo con Gonzalo Espino, quien había sido su compañero de carpeta en el colegio, se le acercaba, lo tocaba, lo despeinaba, se podría decir qe la reunión giraba alrededor de las anécdotas qe ellos contaban.
A mi lado se sentó Palmiro Guerra, quien la verdad, no gozaba de ninguna gracia a la hora de la conversa, se puso a hablarme de su nueva shamba, de los problemas con su novia (una enferma de los celos y mitómana, según me contaba) y de sus planes futuros. Un plomazo Palmiro, clásico espécimen humano qe es feliz manteniendo una conversación donde el único interlocutor es él.
Y así transcurrieron varios minutos, hasta qe, urgido por mi vejiga, tuve qe abandonar la sala hacia el cuarto de baño. Luego de miccionar y mojarme un poco la cara, regresé a la sala y me di con la sorpresa de qe mi sitio ahora estaba ocupado por una mujer, una chica de veintipico años, alta, blanca, rellenita, de rebeldes rulos castaños bien peinados hacia atrás. “Te presento a Silvana y Paola”, me dijo Nano, y solo entonces reparé en la figura de la otra fémina sentada a su lado, la cual, ante la presencia de Silvana, lucía opaca y delgaducha…, insignificante,mmm bueno no tanto asi, pero insignificante para mi gusto.
La conversación entonces giró hacia otro rumbo, como era natural, ante la presencia de dos especimenes hembras, los machos emprendieron una cruenta competencia por destacar del resto y pos yo safe de ello. Es así qe “peluquita” Díaz se retiró inmediatamente al baño y regresó con el copete más peinado, alto e imponente que nunca, “pechito” Carvajal se despojó ipso facto de su casaca y procedió a conversar de las miles de ventajas del gimnasio al cual acudía jajaja pero era bien bruto el chico , resaltando siempre, en cada movimiento de brazos, sus bien trabajados bíceps, “pollito” Lopez sacó a propósito las llaves de su Racer y salió un rato a chequearlo, dejando bien en claro qe esa nave, ese platillo volador espectacular era suyo, mierda si yo no hubiese tenido ese problemon con mi cambio, yo tendria una nave igual o mejor , ¡hasta el buen Palmiro !, qe hasta hace unos minutos me conversaba de su shamba, me dio la espalda, se puso las pilas, y logró improvisar un par de bromas graciosas qe hicieron reír a las chicas.
En ese momento Nano se puso de pie y prácticamente a jalones, obligó a Silvana a ponerse de pie y la hizo bailar un reggaeton con él, “Ella lo baila pegao .. pegao .. pegao!!”, todos en esa pequeña sala nos quedamos cojudos,jajaja  y es qe podría jurar que ninguno de nosotros –incluyendome– había visto de tan cerca una buena sesión de “perreo” en todo su esplendor. Nano se pegó a Silvana por detrás, la cogió por la cintura con una mano, y luego ambos se fueron hasta abajo bien entrepiernados. Mis ojos se paseaban lentamente por el cuerpo de Silvana, si bien es cierto que era una muchacha con un ligerísimo exceso de peso, para mi, en ese momento, con mi par de tragos adentro, estaba endemoniadamente rica, su parte trasera era perfecta, llevaba puestos unos jeans a la cadera desteñidos y rotos qe le quedaban súper sexys, y cada vez qe se iba hasta abajo, al compás de la música, podía vislumbrar, sutilmente, las tiritas negras de su ropa interior de encajes. Digamos las cosas como son, sin hacer uso de palabras difíciles y sin adornar las oraciones con adjetivos complicados: Ese bailecito de mierda nos dejó arreshasos a todos, esa era la realidad, y luego de qe hubo terminado, los ojos de todos los varones presentes, estaban puestos en la anatomía algo reshonsha pero muy femenina de Silvanita, especialmente los míos. “Me gusta tu polo”, le dije a Paola, pero con toda la intención de llamar la atención de Silvana, “Gracias, Me lo compré en una liquidación de esas qe hay D' Moda. Está bonito ¿no?”, y así me enfrasqué en una conversación con la tal Paola, que viéndola de bien cerca, no estaba nada mal tampoco, fue ella quien notó mi poca simpatia hacia ella,  “Si quiera discimula pe’s huevón” –dijo “pechito”, inflando el pecho-, yo solo me reí, Silvana volteó y al fin me miró. Minutos mas tarde me ofrecí a comprar una caja más de cerveza y salí acompañado de Palmiro hacia la tienda más cercana, y cuando regresábamos hacia la casa de Nano, vimos a Silvana parada al lado de una camioneta negra, conversando con el pata qe la conducía, cuando nos vio se sonrió conmigo y nos hizo una señal con la mano como diciendo “Ya voy”.
A propósito me senté en el sitio de ella, y cuando ella regresó me levanté y me quedé parado a su lado, solo entonces pude conversar con ella…
- - ¿Cuánto tiempo tienes de cheff? –me preguntó-
- - por pura joda le dije tres años
Y así pasaron los minutos, conversando con Silvana, me cayó de lo más bien, tenia un tonito de hablar qe me encantaba, y se notaba que era una flaca superada e inteligente. En un momento de la reunión Nano se acercó donde nosotros y me empezó a preguntar por mi novia pos en ese entonces la tenia, se le notaba algo contrariado,
- - ¿Y loco?.. ¿Cómo está la Patty?.. m dijo
- - Nada tío, aun no llega , de acá a dos meses, supongo..
- - ¡Uy tío!.. ¡O sea que hace meses que no la vés!
Todos celebraron la broma con risotadas exageradas, influenciadas por los varios litros de cerveza qe tenían dentro, yo asimilé la broma como siempre, tranquilo, sonriendo.
- Silvana, ven un toque.. –dijo Nano-
- Ok..
Nano y Silvana demoraban mucho en la cocina, y como la cerveza se había acabado, Gonzalo decidió entrar a la cocina por más trago, cuando regresó se sentó a mi lado, abrió la botella con los dientes y me dijo despacio en el oído: “Nano se la está tirando a la gordita en la cocina”.
Cuando esa botella de cerveza se acabó, “Pollito” anunció qe se iba porqe tenia qe shambear, y cuando preguntó quien se retiraba con él, el único qe se ofreció fui yo.
- ¿La gente ya está pasada no tío?... Y con solo dos hembras allí, van a terminar tirándose entre ellos –rió de buena gana “pollito”-
- Si pe’s tío –dije de mala gana-
- ¿En donde te dejo?
- Déjame en el cruce con la avenida Industrial…
Ni bien bajé del taxi q llevaba a pollito hasta new city , paré un taxi, y cuando el tashero me preguntó qe para donde me llevaba, le dije sin dudar “Llévame a las cucardas”.
No iba a ese lugar desde hace mucho tiempo, desde aquellas épocas en que conocí a toda esa gente putañera del Taller donde hacia mis practicas del Senati donde palpite las malas noshes de sexo y alcohol,  compré mi ticket en la puerta por veinte soles, y entré al lugar. Todo estaba como lo recordaba, dos pasadizos levemente iluminados por focos rojos y lilas, y en las puertas, jóvenes cuerpos en ropa interior ofreciéndose por veinte soles.
Caminé a paso rápido, una vez, dos veces, por los dos pasadizos del local, mis ojos se paseaban de cuerpo en cuerpo buscando… buscando…. pero por más que busqué y busqué, no encontré lo qe buscaba: una mujer qe provocara en mi truza, lo qe hace algunos minutos había provocado Silvana. Abandoné el lugar.
Cuando salí a la calle estaba sentia calor, era noviembre  y recordé aquella canción de Wisin y Yandel...pam pam, y sonreí con la coincidencia, paré rápidamente un taxi, estuve de acuerdo con el precio y me subí. Con la cabeza pegada a la ventana, mirando las calles sucias de la avenida, recordé las palabras de Gonzalo, “Nano se la está tirando a la gordita”, y no pude evitar qe mi cerebro imaginara la escena, llegue a casa, me dushe, pesque el cel llame a Yeka le comence a platicar de cosas obsenas jaja... puta creo qe se dio cuenta de qe estaba con ganas, me dijo por que no te das una escapada y asi fue a a la mañana me fui al terminal compre un boleto y safe asi como estaba sin equipaje y naaa, directo a Moquegua, mierda todo el viaje no dejaba de pensar en lo qe habia pasado anoshe, al fin llegué me dije, pensaba como estara Silvana si habra quedado en buen plan con Nano... ya luego mi encuentro con Yeka es otro rollo  

No hay comentarios:

Publicar un comentario