Me llega al pincho cuando pongo una canción que me gusta y un baboso se pone a cantarla con un inglés horroroso, me llegan al pincho las conversaciones estúpidas de mis compañeros de trabajo, me llega al pincho que mi flaca me llame al trabajo solamente para quejarse de wadas, me llega al pincho la gente que agarra cosas de mi escritorio y no las pone en su lugar, me llega al pincho tener que trabajar en algo que no me gusta, y lo que es peor, darme cuenta de que nunca me va a gustar, me llega al pincho que mi jefe quiera tener siempre la razón, me llega al pincho estar tan barrigón, me llega al pincho que me sigan saliendo barros, me llega al pincho darme cuenta de que un montón de gente tiene la camioneta que me gusta y no poder comprármela, me llega al pincho que en exactamente 5 minutos se acabe el año, me llegan al pincho las reuniones de trabajo que tengo los fin de semanas, me llega al pincho cuando a mi casa entra gente que me llega al pincho, me llega al pincho que se metan en mi vida familiar, me llega al pincho estar peleado con mi flaca, me llega al pincho sentir que mi flaca es amable conmigo solamente cuando quiere plata, me llega al pincho que a mi flaca no le guste la casa donde vivo ahora, me llega al pincho no tener plata para la cuota inicial de un departamento nuevo, me llega al pincho no acostarme con mi flaca desde hace más de un mes, me llega al pincho que unos rateros hijosdelasmilputas hayan golpeado a mi tío que es invalido en lima para robarle, me llega al pincho tener computadora en casa y tener que escribir este post en mi borrador, y finalmente me llega al pincho este post porque es facilón, mala onda y está escrito con el higado...
Fin.
PD: Este post lo escribi ya hace un par años en mi borrador, asi como muchos más, por el pincho trabajo y el pincho tiempo es que no puedo pasar mis post´s a la compu...
viernes, 10 de agosto de 2012
La chica de las zapatillas moradas...
Ella tenía unas Converse moradas y yo unas negras… así que por una simple cuestión de lógica, era un hecho que tarde o temprano estaríamos juntos. Pero ya había pasado una semana, y luego otra, y yo aun no me había animado a hablarle, era medio cojudo en esas épocas, la verdad…
Pero no vayamos tan rápido y retrocedamos unos diítas…

Eran las vacaciones de verano del año milnovecientosqueteimporta, entrando al dos mil y mi vieja, viendo el prospecto de fumón que tenía en casa, decidió matricularme en un pequeño instituto, a estudiar la carrera de moda en esas épocas: Computación.
La verdad sea dicha, a mi me gustaba la computación. Desde los 13 años me divertía creando pequeños jueguitos en un computador atari que mi viejita me había traído de Arica. Así que cuando doña Meche me informó que me había inscrito en un instituto, no le puse fea cara, es más, hasta me emocionó un poquito la idea.
Pero todo cambió el primer día de clases, cuando bien bañadito y oloroso, hice mi ingreso en aquel instituto del centro de Tacna, hoy en dia INEI si no me equivoco. Creo que no había transcurrido ni quince minutos y yo ya estaba completamente desencantado. El instituto era misio y feo (seamos honestos), el profesor era un huevón (lo odié desde que lo vi), y con respecto a las clases me había dado cuenta de que allí no aprendería nada de lo que en verdad me gustaba, no aprendería a programar, ni a diseñar, ni a crear ni mierda, y todo eso porque a mi vieja se le había ocurrido matricularme en unas aburridísimas clases de 'Office'…
Cuando por fin llegó la hora de salida, a mí lo único que me había quedado claro, era que no volvería nunca más a esas clases de mierda, ya encontraría mejores y más productivas cosas que hacer en esas horas, como irme a Tacna Centro a que me graben música, o practicar mi flip 360 con el skate (truco que por cierto, nunca me llegó a salir carajo). Y en esas estaba, despidiéndome de ese feo lugar para siempre, cuando la vi… estaba parada a un lado de la entrada, con su carita de mala y su zapatilla morada apoyada en la pared. Debía tener como 17 años (1 más que yo, que por esas épocas tenía 16), pero eso a mi no me importó porque desde ese preciso momento, quedé templado como un becerro de aquella chica desconocida, ¿no regresar al instituto?, ¡las huevas!, tenía que seguir yendo nomás y encima quedarme todo el tiempo que pudiera para poder conocer y estar con esa flaquita..
Y ahora si volvemos al principio de esta historia, como les digo, ya habían pasado 2 semanas, y de hablarle a la flaquita nada. No se si a ustedes les haya pasado, pero a mi de chibolo, cuando una chica realmente me gustaba, me ponía más cojudo que de costumbre y me quedaba mudo. La cosa es que estaba decidido a hablarle a Sandrita, que así se llamaba la susodicha (se lo había escuchado decir a una de sus amigas), pero para mi mala suerte, Sandrita no estudiaba en mi mismo horario, yo estudiaba de 3 a 5 de la tarde, y ella de 5 a 7, o sea que ni con el horario la había chuntado mi vieja!, ya que solo tenía aproximadamente 10 ó 15 minutos (entre mi salida y su entrada) para intentar hacerle el habla..
Pero cuando las cosas tienen que pasar, pasan, y un día que nunca olvidaré, me la pasé toda la primera hora de clases, lucubrando como conocer a Sandrita, “Ya basta de mariconadas carajo, hoy mismo te quitas un poco más temprano, sales y le hablas, no hay de otra”, y así pensando huevadas estaba, cuando de pronto sentí un lapicero en mi espalda, “¿Qué fue, qué pasó?”, le dije a Miguel, el pata que se sentaba atrás mío, y al toque este me indicó la pizarra, donde el profesor me estaba mirando con cara de asado..
“Señor, hace como 2 minutos estoy que le digo que conteste una pregunta, y usted está todo ido, pensando en los huevereques del gallo seguramente…”, (todo el salón ríe), “Por favor, le repito la pregunta, ¿Cuál sería la formula para hallar el promedio ponderado en esta serie en Excel?”, entonces yo me quedé mirando la pizarra por un largo rato con cara de cojudo sin decir nada, porque no entendía ni mierda de Excel, ni de computación en general, porque yo a la única que me quería 'computar' era a Sandrita, la chica con cara de mala y zapatillas chéveres que entra a las 5 profesor, y yo en vez de estar afuera con ella intentando hablarle, estoy aquí mirando su cara de huevón profesor, porque vaya que usted está cagado profesor, porque yo 'cuando sea grande' profesor, no voy a ser ni cagando como usted, yo no voy a enseñar esta mierda de Office en un instituto 'medio-pelín', yo voy a estudiar Publicidad en la Toulouse y voy a trabajar de creativo en una empresota y voy a ganar un sueldazo y voy a tener mi carrazo y mi casota y mi esposota y…
- Señor, ¿hasta qué hora cree que le vamos a esperar, va a responder la pregunta o no?
- No, profesor…
- Ok, preguntémosle a alguien con cerebro esta vez…, (todos vuelven a reír), Alumno Demóstenes, haga el favor de responder la pregunta que le hice a su compañero
- =AVG(A1:A5)…
- ¿Ya ve qué simple señor?, ¿eso no puede hacer usted?
Como dije al principio de la historia, mi relación con el profesor fue mala desde el comienzo, supongo que yo le caí mal porque del saque se dio cuenta de que mi interés por su curso era nulo. Y a mi él no me caía por muchas razones (todas estúpidas y superficiales), se le notaba pedante, acartonado, creído, siempre iba a dictar clases vestido con sus zapatitos marrones bien lustrados, su pantalón crema medio ajustado, y su camisita celeste manga corta bien planchadita, planchadita como su pelo, el cual usaba todo para atrás bien peinado con harto gel. Era un tipo joven el profesor, debía tener máximo unos 27 años, lo recuerdo alto, trigueño, bien plantado…
Pero bueno, a la mierda con el profesor, sus insultos cojudos no me iban a afectar, porque esa tarde a la salida yo tenía una cita con el destino, el destino se llamaba Sandrita, usaba converse moradas y yo le tenía hartas ganas, así que saliendo nomás me fui al toque al baño, me lavé un poco la cara, y me miré al espejo, “Hoy día es el día huevón, así que sales y le hablas, nada más”, así que salí del baño, bajé por las escaleras y la busqué con la mirada, pero no logré ubicarla, no estaba por ningún lado, no era posible, “No era posible que justo hoy que estaba decidido a hablarte no vinieras Sandrita, eres mala, me cagas la vida carajo, me la cagas…”, cuando de pronto, una voz femenina sonó detrás mío, y me dijo “Hola”…
Díganme mentiroso, estafador, cuentero, florero, lo que quieran, pero en serio les digo, que era la misma Sandrita en persona. Teniéndola frente a mí me di cuenta de que era unos centímetros más alta que yo, “pero eso no importaba, en un par de años yo crecería más y la pasaría, así es la naturaleza carajo, las mujeres desarrollan más rápido que los hombres pero luego allí se quedan, en cambio nosotros crecemos hasta los 18…”, pensaba yo todo cojudo mientras ella me miraba divertida…
- Oye chibolo, me puedes hacer un favor…
(¿Chibolo?)
- Si, mira, ¿tú conoces al profesor Zanetti?
(¿Profesor Zanetti?)
- ¿Ah?... si, si… yo conocer… Zanetti… profesor… mío
- Chévere entonces, mira, entra y dile que Sandra lo está esperando en el laboratorio ¿ya?
- Es queeeee…
- Ya pues… no seas malito, ¿ya chibolo bonito?, yo aquí te espero…
Con lo de “chibolo bonito” me cagó, así que contra todo pronóstico, le estaba llevando un recado de mi hembrita al profesor Zanetti, que así se llamaba el hijo de puta de mi profesor, “porque estaba claro para mi que Sandrita era mi hembrita, bueno, y si aun no lo era, lo sería de aquí a un tiempo corto, porque si pues, no me gustó que me dijera chibolo, pero al menos me veía bonito, y eso ya era algo positivo, así que tiempo al tiempo nomás, yo me la sabría ganar a Sandrita, que ahora que la he visto de más cerca, hasta los ojitos un poco claros tiene, ¿y que rica que está por detrás no?, nada que hacer que tengo buen gusto carajo, así que ahora llegando a mi casa, me meto dos ‘harakiris’ en su nombre, temporalmente nomás eso sí, porque como dije antes, en corto tiempo, ya no tendría la necesidad de hacer eso porque ella sería mi hembrita oficial, la más oficial de las oficiales”…
Cuando llegué al salón mi profesor no estaba, así que lo odié más aun, porque justo en este momento en que en verdad me iba a servir de algo conocerlo, no estaba en su sitio este huevón, “Ta' mare, ¿Y ahora?, ¿Cómo le hago el favor a mi Sandrita?, que seguro quiere hablarle de sus notas o algo así, porque seguro que este huevón del profe la odia como a mi, porque con esa pinta que tiene, segurito es un poquito relajada la pobre, y como a mi, no le entran las formulas del Excel de mierda en la cabeza”…
Así que fui a buscar a mi novia pero Sandrita ya no estaba, “Putamadre, ¿y donde se metió?”, entonces se me ocurrió que como me había demorado mucho, ella se había adelantado y se había ido de frente para los laboratorios, “Esperando tal vez que yo, su futuro enamorado, llegaría de la mano con el profe, para que juntos lo convenzamos para que le suba un poquito la nota o lo que sea”.. Fue entonces que caminé presuroso hasta el laboratorio, abrí la puerta sin tocar, y los vi… el profesor estaba apoyado en el pupitre y tenía a Sandrita cogida de la cintura, se estaban besando…
Todo pasó muy rápido, ellos voltearon para verme pero yo ya había desaparecido…
Aquella fea tarde, de ese feo verano, salí de ese feo instituto para nunca más volver, y me fui caminando por toda la avenida San Martin, sintiendo como si algo hubiera reventado dentro de mi pecho, hasta que llegué a casa, y una vez allí, me quedé mirando el cielo hasta que se hizo de noche…
Fin.
PD1: Me acordé de esta historia ayer, cuando vi a una linda chica con unas All Star moradas en Yingo, un programa juvenil que lo pasan por las tardes en Chilevision.
Pero no vayamos tan rápido y retrocedamos unos diítas…

Eran las vacaciones de verano del año milnovecientosqueteimporta, entrando al dos mil y mi vieja, viendo el prospecto de fumón que tenía en casa, decidió matricularme en un pequeño instituto, a estudiar la carrera de moda en esas épocas: Computación.
La verdad sea dicha, a mi me gustaba la computación. Desde los 13 años me divertía creando pequeños jueguitos en un computador atari que mi viejita me había traído de Arica. Así que cuando doña Meche me informó que me había inscrito en un instituto, no le puse fea cara, es más, hasta me emocionó un poquito la idea.
Pero todo cambió el primer día de clases, cuando bien bañadito y oloroso, hice mi ingreso en aquel instituto del centro de Tacna, hoy en dia INEI si no me equivoco. Creo que no había transcurrido ni quince minutos y yo ya estaba completamente desencantado. El instituto era misio y feo (seamos honestos), el profesor era un huevón (lo odié desde que lo vi), y con respecto a las clases me había dado cuenta de que allí no aprendería nada de lo que en verdad me gustaba, no aprendería a programar, ni a diseñar, ni a crear ni mierda, y todo eso porque a mi vieja se le había ocurrido matricularme en unas aburridísimas clases de 'Office'…
Cuando por fin llegó la hora de salida, a mí lo único que me había quedado claro, era que no volvería nunca más a esas clases de mierda, ya encontraría mejores y más productivas cosas que hacer en esas horas, como irme a Tacna Centro a que me graben música, o practicar mi flip 360 con el skate (truco que por cierto, nunca me llegó a salir carajo). Y en esas estaba, despidiéndome de ese feo lugar para siempre, cuando la vi… estaba parada a un lado de la entrada, con su carita de mala y su zapatilla morada apoyada en la pared. Debía tener como 17 años (1 más que yo, que por esas épocas tenía 16), pero eso a mi no me importó porque desde ese preciso momento, quedé templado como un becerro de aquella chica desconocida, ¿no regresar al instituto?, ¡las huevas!, tenía que seguir yendo nomás y encima quedarme todo el tiempo que pudiera para poder conocer y estar con esa flaquita..
Y ahora si volvemos al principio de esta historia, como les digo, ya habían pasado 2 semanas, y de hablarle a la flaquita nada. No se si a ustedes les haya pasado, pero a mi de chibolo, cuando una chica realmente me gustaba, me ponía más cojudo que de costumbre y me quedaba mudo. La cosa es que estaba decidido a hablarle a Sandrita, que así se llamaba la susodicha (se lo había escuchado decir a una de sus amigas), pero para mi mala suerte, Sandrita no estudiaba en mi mismo horario, yo estudiaba de 3 a 5 de la tarde, y ella de 5 a 7, o sea que ni con el horario la había chuntado mi vieja!, ya que solo tenía aproximadamente 10 ó 15 minutos (entre mi salida y su entrada) para intentar hacerle el habla..
Pero cuando las cosas tienen que pasar, pasan, y un día que nunca olvidaré, me la pasé toda la primera hora de clases, lucubrando como conocer a Sandrita, “Ya basta de mariconadas carajo, hoy mismo te quitas un poco más temprano, sales y le hablas, no hay de otra”, y así pensando huevadas estaba, cuando de pronto sentí un lapicero en mi espalda, “¿Qué fue, qué pasó?”, le dije a Miguel, el pata que se sentaba atrás mío, y al toque este me indicó la pizarra, donde el profesor me estaba mirando con cara de asado..
“Señor, hace como 2 minutos estoy que le digo que conteste una pregunta, y usted está todo ido, pensando en los huevereques del gallo seguramente…”, (todo el salón ríe), “Por favor, le repito la pregunta, ¿Cuál sería la formula para hallar el promedio ponderado en esta serie en Excel?”, entonces yo me quedé mirando la pizarra por un largo rato con cara de cojudo sin decir nada, porque no entendía ni mierda de Excel, ni de computación en general, porque yo a la única que me quería 'computar' era a Sandrita, la chica con cara de mala y zapatillas chéveres que entra a las 5 profesor, y yo en vez de estar afuera con ella intentando hablarle, estoy aquí mirando su cara de huevón profesor, porque vaya que usted está cagado profesor, porque yo 'cuando sea grande' profesor, no voy a ser ni cagando como usted, yo no voy a enseñar esta mierda de Office en un instituto 'medio-pelín', yo voy a estudiar Publicidad en la Toulouse y voy a trabajar de creativo en una empresota y voy a ganar un sueldazo y voy a tener mi carrazo y mi casota y mi esposota y…
- Señor, ¿hasta qué hora cree que le vamos a esperar, va a responder la pregunta o no?
- No, profesor…
- Ok, preguntémosle a alguien con cerebro esta vez…, (todos vuelven a reír), Alumno Demóstenes, haga el favor de responder la pregunta que le hice a su compañero
- =AVG(A1:A5)…
- ¿Ya ve qué simple señor?, ¿eso no puede hacer usted?
Como dije al principio de la historia, mi relación con el profesor fue mala desde el comienzo, supongo que yo le caí mal porque del saque se dio cuenta de que mi interés por su curso era nulo. Y a mi él no me caía por muchas razones (todas estúpidas y superficiales), se le notaba pedante, acartonado, creído, siempre iba a dictar clases vestido con sus zapatitos marrones bien lustrados, su pantalón crema medio ajustado, y su camisita celeste manga corta bien planchadita, planchadita como su pelo, el cual usaba todo para atrás bien peinado con harto gel. Era un tipo joven el profesor, debía tener máximo unos 27 años, lo recuerdo alto, trigueño, bien plantado…
Pero bueno, a la mierda con el profesor, sus insultos cojudos no me iban a afectar, porque esa tarde a la salida yo tenía una cita con el destino, el destino se llamaba Sandrita, usaba converse moradas y yo le tenía hartas ganas, así que saliendo nomás me fui al toque al baño, me lavé un poco la cara, y me miré al espejo, “Hoy día es el día huevón, así que sales y le hablas, nada más”, así que salí del baño, bajé por las escaleras y la busqué con la mirada, pero no logré ubicarla, no estaba por ningún lado, no era posible, “No era posible que justo hoy que estaba decidido a hablarte no vinieras Sandrita, eres mala, me cagas la vida carajo, me la cagas…”, cuando de pronto, una voz femenina sonó detrás mío, y me dijo “Hola”…
Díganme mentiroso, estafador, cuentero, florero, lo que quieran, pero en serio les digo, que era la misma Sandrita en persona. Teniéndola frente a mí me di cuenta de que era unos centímetros más alta que yo, “pero eso no importaba, en un par de años yo crecería más y la pasaría, así es la naturaleza carajo, las mujeres desarrollan más rápido que los hombres pero luego allí se quedan, en cambio nosotros crecemos hasta los 18…”, pensaba yo todo cojudo mientras ella me miraba divertida…
- Oye chibolo, me puedes hacer un favor…
(¿Chibolo?)
- Si, mira, ¿tú conoces al profesor Zanetti?
(¿Profesor Zanetti?)
- ¿Ah?... si, si… yo conocer… Zanetti… profesor… mío
- Chévere entonces, mira, entra y dile que Sandra lo está esperando en el laboratorio ¿ya?
- Es queeeee…
- Ya pues… no seas malito, ¿ya chibolo bonito?, yo aquí te espero…
Con lo de “chibolo bonito” me cagó, así que contra todo pronóstico, le estaba llevando un recado de mi hembrita al profesor Zanetti, que así se llamaba el hijo de puta de mi profesor, “porque estaba claro para mi que Sandrita era mi hembrita, bueno, y si aun no lo era, lo sería de aquí a un tiempo corto, porque si pues, no me gustó que me dijera chibolo, pero al menos me veía bonito, y eso ya era algo positivo, así que tiempo al tiempo nomás, yo me la sabría ganar a Sandrita, que ahora que la he visto de más cerca, hasta los ojitos un poco claros tiene, ¿y que rica que está por detrás no?, nada que hacer que tengo buen gusto carajo, así que ahora llegando a mi casa, me meto dos ‘harakiris’ en su nombre, temporalmente nomás eso sí, porque como dije antes, en corto tiempo, ya no tendría la necesidad de hacer eso porque ella sería mi hembrita oficial, la más oficial de las oficiales”…
Cuando llegué al salón mi profesor no estaba, así que lo odié más aun, porque justo en este momento en que en verdad me iba a servir de algo conocerlo, no estaba en su sitio este huevón, “Ta' mare, ¿Y ahora?, ¿Cómo le hago el favor a mi Sandrita?, que seguro quiere hablarle de sus notas o algo así, porque seguro que este huevón del profe la odia como a mi, porque con esa pinta que tiene, segurito es un poquito relajada la pobre, y como a mi, no le entran las formulas del Excel de mierda en la cabeza”…
Así que fui a buscar a mi novia pero Sandrita ya no estaba, “Putamadre, ¿y donde se metió?”, entonces se me ocurrió que como me había demorado mucho, ella se había adelantado y se había ido de frente para los laboratorios, “Esperando tal vez que yo, su futuro enamorado, llegaría de la mano con el profe, para que juntos lo convenzamos para que le suba un poquito la nota o lo que sea”.. Fue entonces que caminé presuroso hasta el laboratorio, abrí la puerta sin tocar, y los vi… el profesor estaba apoyado en el pupitre y tenía a Sandrita cogida de la cintura, se estaban besando…
Todo pasó muy rápido, ellos voltearon para verme pero yo ya había desaparecido…
Aquella fea tarde, de ese feo verano, salí de ese feo instituto para nunca más volver, y me fui caminando por toda la avenida San Martin, sintiendo como si algo hubiera reventado dentro de mi pecho, hasta que llegué a casa, y una vez allí, me quedé mirando el cielo hasta que se hizo de noche…
Fin.
PD1: Me acordé de esta historia ayer, cuando vi a una linda chica con unas All Star moradas en Yingo, un programa juvenil que lo pasan por las tardes en Chilevision.
Vengador!!! pequeño tributo a mi dibujo animado favorito en la niñez...

Es un día normal en la chamba cuando en eso, a lo lejos, llega a mis oídos, las notas de una melodía conocida… "♪ Ta tan tatatatantan…" , entonces, y como casi siempre me ocurre en estos casos, cierro mis ojos y dejo que la música me transporte a otro lugar… a otra época… desaparezco…
( Tengo 7 años y estoy sentado frente a la tele b/n de mi cuarto, a mi lado está M, mi mejor amigo en aquellos tiempos, ya va a empezar “El Vengador”…
…Cruzando por el universo, tienes la velocidad de la luz…
…Cuando encuentras al mal siempre cambias tu cuerpo a metal!
…Tienes armas secretas, gigantes no te vencerán!
...Robot, eres justiciero, robot saltas hasta el cielo azul…
...Con el movimiento de tus puños, te conviertes en un gigante robot!…
M y yo… cantamos, A todo pulmón… cantamos, Saltando en el sillón… cantamos, Agitando nuestros pequeños puños… cantamos… porque luego de esta canción empieza "EL VENGADOR", nuestro dibujo animado favorito.. )
… Vuelvo a aparecer…
- Oe tío esa es la canción de El Vengador no?
- Si, veías?
- Claro pes… esa wada era mi dibujo favorito
- No jodas?

Luego de media hora investigando en el Internet, descubrimos que no hace mucho en Japón, habían sacado 13 capítulos nuevos de Kotetsu Jeeg (nombre japonés de El Vengador), vimos partes de esta nueva serie en el Youtube y nos quedamos webones…
- La puta madre! que paja webon!
- Tu crees que haya esta wada para descargar?
- No se... habla.. vamos a ver a la hora del almuerzo?
--- o ---
El personaje principal y héroe de la historia se llamaba Febo, era un tipo de veintipico años a quien luego de un accidente automobilístico donde casi pierde la vida, su padre (un científico famoso) aprovecha para transformarlo en una especie de Cyborg (mitad robot - mitad humano) y así aprovechar sus nuevos "poderes" para proteger a la humanidad. Es así que Febo, de pronto y sin entenderlo mucho, comienza a transformarse (al juntar sus puños) en un robot gigante llamado "El Vengador", el cual tiene que mecharse contra todos los monstruos que le pone en el camino la malvada Medusa, quien siempre está tratando de destruirlo para poder apoderarse del mundo...
Ahora grande, me pongo a pensar… Qué era lo que tanto me gustaba de este dibujo?, quiero decir, habían otros no?, Porqué me llamaba la atención este en especial?...
Me vacilaba el personaje de Febo, no me parecía el clásico héroe seguro de si mismo, por el contrario, Febo siempre andaba lleno de paltas existenciales, asado con el mundo pero sobre todo con su viejo, por haberlo convertido (sin consultarle siquiera) en el salvador de la humanidad… Por otro lado, Febo era un tipo ganador, campeón de formula uno… alto… guapo… fornido… sauuuuuu… jajajaja!… capaz de tirarse por un barranco en su espectacular moto y salvarse con solo juntar sus puños y convertirse en El Vengador…
( ¡Cuantas veces de chibolo, me saqué la mierda por lanzarme desde lo alto del ropero hacia mi cama, al grito de "Vengadoooor... A miiiiiiii !!" juntando los puños, con la esperanza de que sucediera un milagro, y yo también pudiera convertirme en el formidable robot! )
Otros personajes que me fascinaban eran Don y Bobón. El primero era un flaco envidioso que vivía maleteando a Febo y el segundo era su asistente, un gordito bonachón que a mi me hacia cagar de risa porque siempre tenia una bola de moco en su nariz que cuando dormía se inflaba y desinflaba como un globo jajaja… Ambos conducían un robot mal hecho y recontra monse que se llamaba "Tobor", el cual siempre intentaba igualar a el Vengador mechándose contra los monstruos, pero lamentablemente para ellos siempre terminaba haciendo el ridículo.
Finalmente, y no por ello menos importante, estaba Mirna (ahhhhhh… suspiro) una joven que apoyaba a El Vengador lanzándole desde su nave (El Lanzador Mágico) las otras partes necesarias para el ensamble final del robot. Mirna a parte de valiente era recontra churra y piernoncita, y encima, siempre aparecía correctamente uniformada con su faldita blanca bieeen chiquitita, lo cual hacia de sus apariciones en pantalla, los mas "intensos" de la serie animada para M y para mi jaja... Ah lo olvidaba, y como es predecible, la ricotona Mirna vivía templada en secreto del buen Febo... una razón más para querer ser como él no? ;-)
--- o ---
Sábado, me mando a traer un par de videos de Tacna, ya por la noche echado en la cama, prendo el DVD, mis cumpas, me preguntan; que vás a ver??? les respondo dibujos animados...

PLAY… Comienza "Kotetsushin Jeeg" (la nueva zaga del Vengador), primero salen unas enormes letras en japonés, y de pronto suena la música del intro (no es la misma definitivamente, ya que estos Dvds están en íntegramente en japonés…), suena como a un tipo de rock pesado que la verdad me gusta mucho (checken la PD4, mas abajo…) y luego de algunos minutos donde la trama introduce a los nuevos personajes, aparece por primera vez, la nueva versión de El Jeeg (El Vengador pe! jaja), un robot de diseño muchísimo más moderno, pero que sin embargo (y como tenía que ser) se parece mucho a su antecesor, mis cinco sentidos están pendientes de lo que ocurre en la pantalla...
…
…
En fin… podría llenar páginas y páginas enteras describiendo todas las emociones que sentí al mirar los 13 capítulos de esta nueva serie, pero no quiero aburrirlos con ello (muchos de ustedes aun ni nacían cuando yo gozaba con este dibujito animado…), pero lo que si les diré, es que fue un momento muy especial para mi, en donde luego de mucho tiempo volví a juntar mis puños de nuevo, no con la esperanza esta vez de transformarme en el poderoso Vengador, sino de volver a sentirme, por un ratito siquiera, un poco niño de nuevo.... y de hecho que lo conseguí ah...

Fin del Post.
--- o ---
PD1: Hace no mucho tiempo, en una boda, un sujeto medianamente alcoholizado mira a la orquesta con los ojos vidriosos, luego voltea hacia mi y me dice: "Oe… y estos pelotudos sabrán tocar el Festival del Robot?"…
PD2: La canción con la que empezaba el Vengador (para Latinoamérica) era interpretada por el chileno "Memo" Aguirre, quien es autor de casi todos los singles de dibujos animados de los ochentas, como por ejemplo "Capitán Futuro", "Ángel", "He-Man", "Fabulas del Bosque Verde", "La Pequeña Lulú", y muchos más…
PD3: El wallpaper de mi PC en la chamba y el ringtone que suena cuando llaman a mi celular, ambos son de el Vengador (siéntanse libres de maletearme por eso.. jaja)…
PD4: Me puse a buscar en Internet, la versión japonesa de la canción de el Vengador y conseguí bajarme la versión original y el remake (muy bueno ah) de la banda japonesa Animetal, aquí les dejo ambas versiones…
Versión Original (Ichiro Mizuki)
Remake (Animetal)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)